Origen de la palabra
El término tiene origen en una palabra del antiguo idioma nórdico umbudsmann. Umbuds mann indica a un representante, alguien que tiene la autoridad para actuar en nombre de otro, siendo que la palabra umbud/ombud tiene el significado de “en reemplazo de” en los modernos idiomas escandinavos. El primer uso registrado del que se tiene noticia es en Suecia, pero es en la ley danesa de Jutland, de 1241, que se utiliza el término umbozman en un contexto institucional, para designar a un funcionario real entre cien.

El uso moderno de la palabra se inició en Suecia. En 1809 el Instrumento de Gobierno estableció la institución del Ombudsman Parlamentario Sueco, para proteger los derechos de los ciudadanos con el establecimiento de una instancia de supervisión independiente del Poder Ejecutivo. Su antecedente había sido la Oficina del ombudsman Supremo («Högste Ombudsmannen»), establecida por el rey Carlos XII de Suecia, en 1713. Exilado en Turquía, el rey necesitaba un representante in situ en Suecia que asegurara que jueces y funcionaros actuaran de acuerdo con la ley y sus deberes oficiales. Si no lo hacían, el Ombudsman Supremo tenía el derecho de juzgarlos por negligencia. En 1719, este cargo se convirtió en el de Canciller de Justicia.

La institución sueca se basa en el principio de separación de poderes que surgió con el Iluminismo. El Ombudsman Parlamentario fue creado por el Parlamento sueco para contrabalancear el poder del Canciller de Justicia. Los países escandinavos han tenido el papel de modelar la institución hacia su formato actual, en que ha sido incorporado a la práctica política de distintos países bajo otros nombres.

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