Por Alejandro Carrera y Alejandro Marchionna Faré
En este editorial solamente vamos a intentar reflexionar sobre un hecho singular, aunque no sorprendente dado el contexto en que nos movemos, que tiene que ver con la conformación de los Directorios y la importancia de tomarse en serio el nombramiento de los directores.
Se conoció este mes la designación de la hija del Ministro de Defensa, Agustín Rossi, como directora del Banco Nación. Una perla más para la corona de prácticas del Gobierno en lo que hace a gobierno corporativo. Desde la óptica de la buena práctica del Gobierno de las Organizaciones es un sin sentido dicho nombramiento, redolente de una mentalidad de “patrón de estancia” que no se condice con dichas prácticas.
Hoy el Estado Nacional es considerado un activo por el partido gobernante y el tratamiento dado a la gestión de dicho activo es el típico de una empresa familiar. Es sabido que en las empresas familiares no profesionalizadas la portación de apellido y no la idoneidad (cuya evidencia es flaca en este caso), es el criterio clásico para seleccionar a los directores de empresas. Para verificar esto los invito a ver quiénes son los directores en las grandes empresas familiares no profesionalizadas de la Argentina, coticen o no en la Bolsa.
Cómo se ve no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que sucede en este caso y que lo hace más difícil de avalar es la apropiación del Estado Nacional por parte de funcionarios del gobierno de turno y el nepotismo al cuál someten a sus instituciones.
La primera responsabilidad en lo que respecta a dar explicaciones sobre dicho nombramiento les compete a las autoridades nacionales que la han nombrado. Sería sano explicitar cuál es el valor que ellas entienden le va a aportar Delfina Rossi al Banco Nación. En segundo lugar, sería bueno que en este caso las autoridades del BCRA que con mucho rigor siempre evalúan la idoneidad de los directores de las instituciones financieras del sector privado procedan a hacer lo mismo y emitan un informe.
También sería interesante escuchar la voz del presidente del Banco Nación y del resto de los colegas con los cuales va a compartir esta señorita la responsabilidad de gobierno del principal banco del país. La responsabilidad por este acto entonces no solamente la tiene la persona que acepta el cargo y las que la nombran sino también todos aquellos que comparten y/o acompañan tácitamente o con su conducta la decisión desde el Directorio del Banco.
Con una mirada benévola, y siempre desde la óptica de la empresa familiar, es muy probable que este sea otro de los cursos prácticos que Delfina Rossi vaya a tomar. Su vocación por la formación es fuerte según lo atestiguan todos los cursos que aparecen en su currículum oficial. La gran diferencia es que en este caso va a recibir una beca importante en términos de remuneración.
Pero desde la Cátedra consideramos que podemos contribuir a su formación. Sería muy bueno que Delfina participara del Programa de Formación de Directores que está por comenzar en el próximo mes de septiembre.