Por Alejandro Carrera

Alejandro CarreraLa OCDE está en proceso de revisión de los principios de gobierno corporativo. Una de las razones es que el buen gobierno corporativo trascienda más allá de las empresas que cotizan en los mercados financieros. Esto representa un intento para que, aparte de las compañías que cotizan en Bolsa, las demás también cuenten con un plan de mejora del gobierno corporativo y significa, sin dudas, un paso adelante muy importante para que las mejoras en el gobierno de las organizaciones lleguen a más empresas.

Por otra parte, la OCDE realiza recomendaciones sobre los roles que deben ser potenciados en el directorio de las empresas, entre ellos, el manejo de riesgos, de forma tal de evitar sorpresas similares a las que sucedieron en la crisis de 2008. Si se tiene en cuenta la volatilidad que existe en los mercados actuales, se trata de una mejora significativa para garantizar el futuro de la empresa y el sostenimiento en el aporte de valor que las compañías le hacen a sus grupos de interés. Los responsables políticos son ahora más conscientes de la aportación del buen gobierno corporativo a la estabilidad de los mercados financieros, a la inversión, al crecimiento económico y al bien común en general dado el rol central que desempeñan las empresas en la sociedad actual.

En contrapartida con estos avances, en nuestro país, cada vez son menos las empresas que cotizan en Bolsa y que, por dicha razón, están sujetas a las regulaciones de la CNV en términos de buenas prácticas de gobierno corporativo. Incluso, en los últimos años, la regulación de la CNV y su potencial de injerencia en el gobierno mismo de las empresas ha inhibido y desalentado la salida de nuevas empresas al mercado de capitales. Por el contrario, las que están, buscan salir de ese circuito.

Según Daniel Blume, analista de políticas del Departamento para Asuntos Financieros y Empresarios de la OCDE, en nuestro país existe un mercado de capitales poco activo debido a un exceso de regulación y control de los mercados. A esto, podemos agregar la posibilidad, ya comentada, que hoy tiene la CNV para realizar intervenciones arbitrarias en las empresas.

Hay que tener en cuenta que, generalmente, los inversores en las empresas que cotizan en Bolsa tienen un rol más pasivo en el seguimiento de las buenas prácticas de gobierno (salvo que sean institucionales). En este marco, las regulaciones que los entes estatales realizan buscan darle confiabilidad a las prácticas de gobierno de las empresas que cotizan. Sin embargo, cuando esas regulaciones se vuelven excesivas, el mercado de capitales termina perdiendo fuerza y las empresas prefieren hacer negocios en ámbitos más privados.

Sin duda, la OCDE está dando un gran paso para extender las buenas prácticas de gobierno corporativo a más empresas y para ofrecer recomendaciones que permitan que las compañías se encuentren mejor paradas frente a una crisis. Sin embargo, en la Argentina, el camino por recorrer es un poco más sinuoso porque todavía es necesario que el Estado demuestre, con hechos concretos, que su rol de supervisión y de  promoción de las buenas prácticas de gobierno corporativo se ajusta al bien común sin esconder otros intereses que, por ahora, nos están llevando en la dirección contraria a la deseable.